La escritura en la enseñanza de la matemática.
- Mafer Méndez Mesa.
- 21 jul 2016
- 4 Min. de lectura

La matemática como lenguaje (numérico y geométrico) de la realidad posee una afinidad insoslayable con la escritura, ya que no solo a través de esta se puede expresar de forma expedita la complejidad de las fórmulas de esta ciencia sino que también se convierte en una herramienta clave para la enseñanza escolar, en la medida en que contribuye al desarrollo del pensamiento organizado y permite de manera más sencilla relacionar la matemática con las demás ciencias. A lo largo de la historia la matemática se ha encargado de desentrañar los ritmos y enigmas del universo, expresándolos a través de símbolos numéricos y formas geométricas, es una ciencia que capitalizó el afán de los seres humanos por entender las dinámicas de todo lo que nos rodea.
La lógica matemática expresada a través de un lenguaje formal, con sus propias reglas y axiomas no es ajena al lenguaje propiamente comunicativo; los números, las fórmulas, las figuras geométricas son representaciones simbólicas e ideales de la realidad, construcciones mentales de lo que nos rodea, de manera que lo que percibimos pueda ser organizado, analizado y expresado a través de fórmulas lógicas que sirvan como base para la construcción del lenguaje universal de los seres humanos, el pensamiento racional.
El plasmar las ideas en un papel de forma estructurada contribuyó significativamente al avance de nuestras ciencias, la creación de los conceptos y su profundización significó un avance muy importante del pensamiento humano y por ende, del pensamiento matemático. En la formulación de los problemas matemáticos la claridad sobre los conceptos es fundamental, es una pieza esencial para la solución de los mismos. La escritura permite relacionar el lenguaje matemático, particularmente numérico con el mundo real, crea un camino que conecta las dinámicas comunicativas, los fenómenos físicos y la teoría simbólico-matemática.
Recalcando la afinidad entre la escritura y la matemática, al considerarlas procesos igualmente creativos, vemos cómo la escritura puede convertirse en una herramienta muy útil en la enseñanza de la matemática, ya que constituye una manera clave para explorar la creatividad y la imaginación del estudiante como también, como herramienta que contribuye a facilitar la verbalización y expresión de conceptos matemáticos extremadamente complejos para el estudiante.
Por otra parte, la enseñanza de la matemática posee un componente conflictivo relacionado con la forma en como se están desarrollando los procesos educativos en las aulas de clase y en particular, en lo referente a la manera cómo el estudiante aprende las matemáticas. La idea de que la mente del joven es una tabula rasa y que solo a través de un proceso memorístico puede “construirse” el conocimiento, en el campo de la enseñanza de la matemática ha sido replicado con mayor insistencia y es que la exactitud de la lógica matemática obliga al maestro a moverse en un ambiente complejo, en el que se hace difícil reconocer en qué momento se debe ahondar en el aprendizaje de la fórmula exacta (ejercicio de la memoria) o en la formulación del problema analítico.
La escritura como proceso de reflexión dentro del aula contribuye a superar las viejas dinámicas de enseñanza y propende por una educación en donde el estudiante no sea un sujeto pasivo a la hora de construir su conocimiento. Es así como, a través de un adecuado manejo de la escritura los estudiantes pueden comenzar a entender las matemáticas como una manera de interpretar el mundo, de desentrañarlo, y no como una ciencia ajena a su realidad.
La relación entre la escritura y la matemática no es fácil de manejar en el aula, los maestros deben tener en cuenta el uso del tiempo para cada momento específico, así como también entender que la escritura no puede convertirse en una manera de esquivar la responsabilidad y el compromiso con el aprendizaje matemático. Ahora, si la escritura es bien enfocada en el aula y se convierte en un proceso que permite la conexión entre las dinámicas sociales y los fenómenos físicos, esta también facilita la relación entre la matemática y otras disciplinas o ciencias a fines. Además, la escritura contribuye a la consolidación de un modelo de enseñanza que permita tener en cuenta la opinión del estudiante, sus reflexiones, de esta manera el joven se siente integrado en las dinámicas del aula y puede expresar con mayor facilidad sus inquietudes o habilidades. Las estrategias de enseñanza a través de la escritura de las matemáticas deben enfocarse en permitir que el estudiante aprenda mayores cantidades de contenido conceptual, no se trata de utilizar la escritura como una herramienta de esparcimiento, ya que aunque el estado de ánimo es un componente importante en el aprendizaje, lo fundamental tiene que ver con la manera en como el estudiante logra conceptualizar el mundo que la interpretación matemática le plantea a través de la verbalización.
Por otra parte la complejidad de las matemáticas en cuanto a su enorme exactitud, obliga al profesor a mantener un ambiente riguroso frente a estas que a veces tiende a considerarse poco creativas y estáticas, sin embargo, el poder escribir los problemas matemáticos y así mismo relacionarlos con la vida cotidiana verbalizándolos, ubica a la matemática en un espacio distinto, convirtiéndose esta en una manera práctica de ver el universo que nos rodea, facilitando la comprensión de los fenómenos que día a día percibimos. La escritura también es una manera de fijar normas implícitas de organización, de estructurar nuestro pensamiento, en la medida en que debemos expresar de manera clara nuestras ideas estamos desarrollando también nuestro pensamiento lógico. La consolidación de un nuevo modelo de enseñanza que permita la inclusión de la escritura en el aprendizaje de las matemáticas va ha contribuir a transformar las viejas dinámicas educativas que parcelaban el conocimiento restringiendo la condición práctica y real de las ciencias. La escritura si es bien manejada en el aula constituye una manera inteligente de relacionar las vivencias individuales de los estudiantes, su realidad contextual y la teoría abstracta de la matemática, lo que contribuirá al fortalecimiento del pensamiento crítico, lógico y analítico, dejando atrás la enseñanza puramente memorística y estática.
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